Maridaje: Torrontés al extremo

maridaje con torrontes

El Torrontés, una de las uvas criollas argentinas más conocidas y con gran aptitud enológica, da origen a vinos muy versátiles que se pueden disfrutar en diferentes situaciones y con una variada gama de platos. De color amarillo claro con matices dorados o verdes, es un vino fresco y aromático, con una acidez moderada, una textura suave al paladar y aromas distintivos a durazno, damasco, miel y algunas notas herbáceas.

Si bien se suele usar frecuentemente como aperitivo, también es usual que se lo sirva con quesos duros antes de un almuerzo. Asimismo, es un gran compañero de ensaladas verdes frescas.

Otro aliado del Torrontés son los pescados y mariscos. Tanto así que más de un restaurante peruano sugiere en su carta maridar un ceviche de gatuzo o un tiradito de atún rojo con un buen Torrontés de Salta.

Si de cocina regional se trata, la combinación perfecta para este vino va de la mano de las recetas típicas del noroeste argentino, como las empanadas fritas, la humita y el locro.

“Maridar un plato con Torrontés siempre es un desafío, sobre todo para no caer en algo obvio. En los años que llevo al frente de restaurantes, uno de los maridajes que más me ha gustado es el chivo de Malargüe cocinado a baja temperatura, acompañado de una confitura de ajíes picantes. La combinación del dulce y el picante de los ajíes con la frescura del Torrontés dan como resultado un sabor que hasta hoy recuerdo”, explica Lucas Olcese, un chef oriundo de Buenos Aires, que está radicado en Mendoza desde hace más de una década y se encuentra al frente de varios restaurantes de bodega.

En el último tiempo, las diferentes cocinas del mundo también encontraron en el Torrontés un gran socio para platos picantes, precisamente por la frescura y acidez propias de esta variedad, que ayudan a bajar la sensación de picor de forma rápida y eficaz. De esta manera, recetas tailandesas, indias y vietnamitas maridan muy bien con este blanco en su elaboración tradicional, ya que es ágil, fresco y de poco volumen.

En tanto que la comida mexicana, por su predilección al picante, es buen acompañante del Torrontés. Y si estamos en México, no hay que olvidar una de las recetas madre de esa cocina: el guacamole, que por sus características cremosas necesita de un vino ligero, que invite a seguir comiendo.

A la hora de las picadas y si uno se anima a un chorizo picante o a un queso de cabra madurado, el Torrontés puede ser un complemento infalible.

En cuanto a los postres, si de un Torrontés tradicional se trata, hay que pensar en recetas como torta de ricota o ensalada de frutas. Sin embargo, va muy bien con postres muy dulces, como quesos duros bañados en miel de caña.

Si se trata de un tardío, la combinación con una tarta de duraznos con crema puede ir muy bien. En el caso de un espumante hecho con Torrontés, se puede pensar en una torta de chocolate amargo o en un cheesecake. Las garapiñadas y los frutos secos también son una buena opción.

Si bien el maridaje es siempre una opción que ofrecen conocedores y sommeliers, la mejor recomendación es incursionar en aquellos sabores que más nos deleiten e ir probando cuál va mejor con los diferentes estilos de Torrontés que ofrece la vitivinicultura argentina.

Más noticias